lunes, 16 de marzo de 2015

Aumenta un 79% el número de personas que duermen en las calles de Londres

 
Cola de hambrientos en Holborn. Una céntrica zona de Londres.


Lunes, 16 marzo de 2015.


El número de personas que se ven obligadas a dormir en la calle en la ciudad de Londres, al serles arrebatadas sus viviendas y sus posibilidades de trabajo por el régimen capitalista, aumentó un 79% desde el año 2010.


Asociaciones ciudadanas como la musulmana "Hijos de Adán" tratan de paliar el hambre y la miseria en Londres.

En los últimos dos años (2013-2014) el aumento de personas que tienen que dormir sobre las frías y humedas aceras de la capital de Inglaterra fue del 37% mientras que en el resto del país los desposeídos de cualquier clase de techo crecían en un 14%.

Cada vez más gente pasa hambre en Londres.


      La persecución contra los pobres. 

En todo el mundo millones de personas trabajan sin cobrar nada en ongs y en otras asociaciones qué, de alguna forma, intentan mejorar a su manera nuestro mundo.

Sin ir más lejos, internet es una realidad colectiva que se da por la contribución gratuita de cientos de millones de personas. 

Mientras unos pocos, la escoria parasitaria de la humanidad, trata de hacerse rico y gozar de privilegios a costa del trabajo colectivo.


El capitalismo nunca ha creído en la libertad de elección, en la libertad individual.  
¿Quién va a querer voluntariamente ser explotado y trabajar para que otro tenga privilegios sin cuento?.


¿La Abolición de la Esclavitud?

Para hacernos una idea, cuando se abolió la esclavitud se llegó a prohibir que los negros pudieran tener propiedades como tierra y casa tras la liberación. ¿El motivo?:

"Para igualar sus condiciones a las de los obreros europeos" porque "la vida en las colonias es más fácil".

Incluso los abolicionistas propusieron que tras la liberación se obligase a los negros a permanecer en la hacienda del amo, a seguir trabajando allí, durante un "periodo de transición".

Para evitar posibles desordenes producidos por esas personas, supuestamente libres, se endurecieron terriblemente las penas legales si eran negros los que cometían la falta.

Al final, se indemnizó enormemente a los esclavistas por cada liberado.

Después de hacerse tremendamente ricos con el trabajo esclavo, los capitalistas se llevaron una fortuna con la "liberación". En la práctica,  los ricos siguieron manteniendo esa mano de obra porque esas personas desposeídas de todo, sin otra posibilidad, se veían obligados a trabajar "libremente" para los mismos amos a cambio de lo que ellos quisieran ofrecerles.

El capitalismo necesita la amenaza del hambre para que las personas decidan "libremente" trabajar para otro, ser explotadas por otro.

La miseria en el capitalismo es "estructural". Tiene que haber miserables, desempleados, hambrientos, para que el resto se considere afortunado por ser explotado.

Sin embargo la creencia colectiva ha de ser que  la "culpa" del hambriento ha de tenerla el propio hambriento o tiene que ser debida a una causa circunstancial y ajena al sistema. De este modo el régimen no se cuestiona. 

El sistema capitalista no se hace responsable de sus "crisis" , que suele atribuir a factores coyunturales aunque para gran parte de la humanidad esa crisis sea permanente. 

El capitalismo no se hace responsable de su corrupción eterna ni de su escasez perpetua; una escasez que se da incluso en las necesidades humanas  más esenciales : en los alimentos, en la vivienda, en la sanidad y la educación.

A veces nos ponen ejemplos de gente que se ha hecho rica. A veces nos ponen ejemplos de países que supuestamente han alcanzado altos niveles de vida gracias al régimen capitalista. Pero no nos responden a preguntas esenciales:
  •  ¿Es posible que todos vivamos igual? 
  • Y si es posible, ¿a qué esperáis para hacerlo, vosotros que tenéis el poder y el gobierno?.
La respuesta, en todo caso, será culpar a los que nada mandan, a los que no tienen ningún poder, de que no se consigan semejantes paraísos.

Es cómodo pensar que la culpa de la indigencia es del indigente. Si yo no soy como él, a mi nunca me pasará.

De vez en cuando la indigencia se extiende. No es otra crisis, es la crisis perpetua aumentada. 

Algunos ven entonces que en realidad cualquiera puede ser ese que hoy duerme en un portal. Es como ver la muerte que a todos nos espera. Mejor esconderla.

Mejor no verlos...

Mientras que en Estados Unidos se prohíbe dar de comer a los hambrientos en las calles y se les derriban sus chabolas para que no sean visibles, en Europa se hace lo propio y se ponen pinchos antimendigos en los bancos. 

Se cierran espacios, se les acosa policialmente para que sean invisibles.
 
Detención de un joven y un anciano en Estados Unidos, en diferentes momentos y lugares pero por el mismo "crimen": Dar de comer a los hambrientos en lugares públicos. Cada año decenas de disidentes en Estados Unidos son arrestados por este motivo.

 

Londres. El caso de Anne Naysmith.


Anne era una anciana ex concertista de piano que había vivido en las calles de Londres durante más de 30 años. La mayoría de ellos en un viejo coche.



Se hizo un refugio debajo de unos arbustos para pasar las noches y tener un precario techo donde resguardarse. Esa esa era su casa, pero estaba cerca de una parada de metro. Demasiado cerca, ya que los viajeros la veían cada día.


Anne Naysmith en Londres


En el año 2012 el régimen derribó su precario techo. 







Era demasiado visible, era un ejemplo vivo de como puede acabar cualquier trabajador cuando el capitalismo le deja de necesitar como mano de obra y pierde todo aquello que pensaba ilusoriamente que tenía. 

Era un anuncio publicitario muy alejado del lujo y la opulencia con que nos hacen soñar. Un anuncio de la realidad objetiva y cotidiana. 

Era un recordatorio demasiado evidente de como el régimen trata a aquellos a los que les quita todo. De la crueldad con la que puede tratar a una anciana qué, desde hacía ya mucho tiempo, no podía trabajar. 



Sabemos que hay cientos de miles de casos iguales. Millones en el mundo. El régimen capitalista es cruel.

 ¿Cuantos desahucios, cuanta hambre, cuanta miseria y desgracia se produce en el mundo por el "derecho" del rico a quedarse con el trabajo, los bienes y la vida del que no tiene otra cosa que su esfuerzo para alquilar al amo?

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